miércoles, 20 de diciembre de 2006

No tiene nombre


Al caer la noche, despliega sus alas, se eleva intenso y audaz, lleva consigo una bolsa de palabras, con ellas juega y conjuga a manera que parezcan sorprendentes, las canta lindas, tan fluidas que se visten naturales, luego las echa al aire, se dispersan, flotan frágiles y efímeras sobre el universo con la más coqueta alevosía, con dichas palabras seduce estrellas y conquista madrugadas, aquellas que en su momento parecen inolvidables, pero no lo son...

Casi al amanecer, exhausto y sobre la arena blanda, las estrellas parecen más lejanas, el aire menos tibio y más falsas las palabras, pero aquellas alas siguen siendo enormes, espesas, de las que aparentan ser suaves y en realidad lo son; de agua, de espuma, de olor, pero tan solitarias, tan pálidas y heladas como la marea nocturna...

2 comentarios:

chui romo dijo...

y vuela vuela...no le hace falta equipaje.

Anónimo dijo...

te copio y te digo solo te falta hacer milagros :)